Potencias


En algún momento comencé a intuir
que la fragilidad y la ternura resguardan quizás
los estados más bendecidos de la existencia,
signos, murmullos surcando la fugacidad
con los que Dios o el Universo pudieran
comunicarle a nuestro irremediable destino de bruma
acerca de la gracia, de la esperanza,
de aquello sostiene nuestra escurridiza humanidad

es la potencia de lo vulnerable
pulsando
en la gota de agua,
en el viento que atardece,
el aliento que en la boca se hace palabra,
la mano que acaricia el pensamiento,
claros anuncios de cierta divinidad
que en algún lugar descansa
o se alucina

formas impredecibles donde lo sagrado
desorienta misticismos y obviedades
para encarnar en el asombro

allí está mi fe
aunque el tiempo y el espacio
pellizquen lo real,
aunque la soledad
sin ser un lugar
busque mis raíces