Potencias


En algún momento comencé a intuir
que la fragilidad y la ternura resguardan quizás
los estados más bendecidos de la existencia,
signos, murmullos surcando la fugacidad
con los que Dios o el Universo pudieran
comunicarle a nuestro irremediable destino de bruma
acerca de la gracia, de la esperanza,
de aquello sostiene nuestra escurridiza humanidad

es la potencia de lo vulnerable
pulsando
en la gota de agua,
en el viento que atardece,
el aliento que en la boca se hace palabra,
la mano que acaricia el pensamiento,
claros anuncios de cierta divinidad
que en algún lugar descansa
o se alucina

formas impredecibles donde lo sagrado
desorienta misticismos y obviedades
para encarnar en el asombro

allí está mi fe
aunque el tiempo y el espacio
pellizquen lo real,
aunque la soledad
sin ser un lugar
busque mis raíces

mi risa en tu voz dormida

reuniendo las suaves migratorias estelas del rocío
te reiría
la flor azul de tu aliento dormido
mi linaje de sombras

astrales

I

y el dolor
será
a través del alma
el espejo preciso inevitable


II

no es voz el susurro,
ni perceptible el llamado,
ni propio el deseo

no es mi gesto,
no es mi ausencia
lo que exclama

no es mi llanto lo que gime,
ni propio el éxtasis o la sombra

¿qué fuerza sin refugio
se entrelaza entonces
al nervio de la voluntad,
a la raíz de la acción,
al eco del pensamiento?

¿dónde nace el éxodo irredimible,
esta orfandad del sentir,
este grito sin boca?

primavera 09

un pliegue

un surco en el sueño
o un pliegue,
un gesto que no debía cruzar y muerde el tiempo
hasta desfigurarlo
en un susurro que no puede escucharse dormido
y sin embargo tu voz, o tu soplo
que pasa, que traspasa, que hiere
y ya tu boca
y yo tragando enteras tus palabras
hasta disipar tu voz
llevándola a la sangre,
que volvió a tus labios con el día,
la que agitaste en tus manos,
la del color de tu piel,
la que sangra el rocío
cuando atraviesa la noche
boca arriba
de cara a la luna
a su raíz
la misma que sostiene tus pies,
la misma que sostiene tu aliento
ahora entre mis manos juntas y vacías

(¿estás despierta?)
sólo para tu ausencia

toda del aire

aquí es donde te respiro
toda del aire

y tu pecho tibio, con pereza
va atravesando
el perfume de la mañana

butoh II

un vestido como un soplo, hilado con el tibio aliento de tu boca dormida, me visto con el aire de tu pecho para salir de la tarde y entrar en la memoria

noche

un puñado de tierra
atraviesa el pálpito
de un espíritu que se anuda
debajo del viento
al sonido que trae
este pulso de lluvia
y que ya es memoria perfumada
del barro

es de noche hace tres días
y es esta mediatarde
aquí en tus ojos
partiendo.

tengo frío de mirar
y ver que soy en la lluvia
allí en tus manos
aquí en tus manos
un puñado de mí
una inquietud del aire
que se agita
y se derrama,
una pregunta, si
sin nombre
hace tres noches
y un día